martes, 14 de febrero de 2012

El modelo neoliberal, sus gobiernos en Colombia y las perspectivas del movimiento popular

Notas para el debate hacia la conferencia ideológica nacional del PDA

En el marco del análisis de la situación nacional consideramos pertinente abordar estos tres elemementos, para objetivamente ubicarnos hoy, en medio de la situación de crisis general que se vive, y proyectarnos desde la resistencia, la oposición, las formas de organización, la alternativa a construir una nueva Colombia sobre la base de la salida política negociada al conflicto social y armado para alcanzar la paz con justicia social; la democracia plena e incluyente con poder real al constituyente primario, el pueblo, para decidir; la unidad más amplia, capaz con sus formas políticas, sociales y del movimiento popular en general de construir un movimiento de movimientos o un bloque social alternativo que se inserte en el corazón y las luchas del pueblo por cambios y construcciones de fondo, estructurales; y por la vigencia integral de los derechos humanos. Es necesario para esto dotarnos de las herramientas necesarias, como el PDA fortalecido, que jueguen el papel de instrumento político, no centralizador, sino con la mayor amplitud, que permita el desarrollo pleno de la unidad, las luchas transformadoras y la construcción del nuevo país.
La lucha por la paz, la democracia, la unidad, los DDHH hacia una nueva Colombia llevan implícita una unidad dialéctica que tenemos que potenciar para que sea motor que nos impulse con fuerza imparable.
EL MODELO NEOLIBERAL
Forma de acumulación de capital, impuesto por el capitalismo, luego de una serie de acontecimientos, entre ellos el derrumbe del llamado “socialismo real”, para de acuerdo a su teoría del fin de la historia y del  mundo bipolar, cobrar revancha y aumentar su tasa media de ganancia “disminuida” según ellos, por la existencia durante sesenta años del socialismo y la guerra fría.  En Colombia el modelo neoliberal se impone con características más sangrientas, despojadoras de los derechos del pueblo, de la soberanía y reaccionarias que en la mayoría de países. Recordemos que la guerra integral (sucia y legal) con asesinatos, desapariciones y desplazamientos forzados, y con el encarcelamiento y penalización de la lucha social, de dirigentes y activistas,  fue y es un instrumento básico para garantizar su imposición. La apertura económica, la reestructuración del Estado para dejarlo como gendarme protector de los intereses de capitalistas nacionales y extranjeros, eliminar sus funciones sociales, las privatizaciones de los sectores estratégicos de la economía, la privatización de las entidades estatales responsables  de la seguridad social, convirtiendo los servicios en negocios, entre muchas otras medidas o reformas, las han conseguido no solo cooptando dirigentes y lideres políticos, sino igualmente a través de la aplicación de su guerra integral. El modelo neoliberal en Colombia ha recurrido  al componente ideológico y a la más descarada e intensa ofensiva mediática para conseguir sus objetivos.
Desde los años noventa,  cuando se inicio su imposición,  han sucedido grandes  crisis económicas y  guerras imperialistas, que llegan en ocasiones a mostrar que la crisis no es solo  del modelo sino sistémica, pero el capitalismo y su actual forma de acumulación continúan en esencia con la estructura del modelo, y su gran voracidad que cada día aumenta más, afincándose en el sector financiero. A nivel mundial, Colombia no es la excepción, cada que este sector cae en crisis le lanzan billonarios  salvavidas.
LOS PRESIDENTES DEL MODELO
Hacemos una reseña muy en síntesis, desde el  gobierno de Virgilio Barco que fue el planificador, pasando por Cesar Gaviria encargado de las reformas de primera generación: ley 50 de 1990, ley 100 de 1993, reforma tributaria, la CPN de 1991 muy generosa en formas de participación y en normas sobre los derechos humanos pero profundamente neoliberal en lo económico y en poderes al ejecutivo; Ernesto Samper quien gobernó con el proceso ocho mil a cuestas y en medio del aquí estoy y aquí me quedo, manifestando que no era neoliberal sino neo estructuralista, pero durante su gobierno hubo más privatizaciones que en el de Cesar Gaviria; Andrés Pastrana llego con el mandato de realizar la reformas de segunda generación, modernizar  las fuerzas armadas y al tiempo buscar la paz, al final después de iniciar y avanzar en el proceso de reingeniería del ejército y la implementación del plan Colombia, después convertido en plan patriota, rompió el proceso de diálogos del Caguán acabando con  tan importante esperanza de paz y reconciliación nacional; Álvaro Uribe Vélez, ponente de las leyes 50 y 100 siendo senador, como presidente con su seguridad democrática, estado comunitario, país de propietarios, equidad social, continuo con las reformas neoliberales y la entrega del país a las transnacionales  profundizando la política de guerra y dando patente de corzo al paramilitarismo y con el apoyo incondicional de los medios de comunicación bajo la sombra del embrujo autoritario, logró la reelección para un segundo periodo, aun cuando  no consiguió ser nuevamente reelecto, porque se convirtió con sus actitudes belicosas, prepotentes, antidemocráticas, la corrupción rampante, los falsos positivos, no solo en una traba para la “relegitimación del estado”  sino también en obstáculo para las relaciones económicas internacionales y por tanto dejo de ser funcional al modelo; Juan Manuel Santos llega con la aureola de ser tercera vía y de reestructurar el sistema gobernante, de pasar de la seguridad democrática a la seguridad ciudadana y toda una serie de formulaciones que en la práctica no han pasado de ser mas que fraseología, pues hasta el momento su agenda legislativa y lo aprobado  muestran es su compromiso pleno con el modelo. No se puede desconocer que es importante el nuevo tipo de relaciones con UNASUR y el mejoramiento de las relaciones con los países vecinos, pero los indicadores no muestran avances en lo social y por el contrario cada día se incrementan los indicadores de aumento de la pobreza, el desempleo no baja a un digito, en la salud cada vez es más precaria la situación y sus locomotoras no dejan entrever más que una gran entrega de recursos no renovables y la soberanía del país. Las ilusiones de quienes consideran o consideraban que este “liberal Clásico” con su unidad nacional garantizaría espacios democráticos hacia una reconciliación nacional, se desvanecen  con la realidad objetiva, marcada por la profundización de la guerra cada vez más intensa, sin que asome siquiera la llave de la paz que dice tener guardada. Esta breve o simple mención de los presidentes del modelo nos indica que por más que traten de maquillarse con ropaje democrático, social o de otras latitudes políticas, en esencia son funcionales al modelo neoliberal con todo y los reacomodos que pueda tener.
LUCHA POPULAR Y ALTERNATIVAS CONTRA EL NEOLIBERALISMO
En 1990 cuando se inicia la imposición en la práctica del modelo Neoliberal, las centrales obreras presentan al gobierno un documento titulado “Que se suspenda la apertura económica y se discuta la política económica y social del país  con los trabajadores y empresarios”  donde se fija la posición de rechazo al modelo y se plantea una alternativa viable y patriótica. Esto es acompañado de una permanente movilización que tiene su punto más importante en el Paro Nacional contra la Ley 50.
En la lucha contra la reforma a la seguridad  social, plasmada en la Ley 100 de 1993, la movilización y las propuestas alternativas, lograron evitar la desaparición del ISS  y mantener los derechos substanciales. Todo este periodo en general fue intenso y con esas características para enfrentar el modelo y sus reformas de primera generación, ello en medio de la más brutal guerra sucia. En octubre de 1993 es presentado, por iniciativa popular,  el proyecto de ESTATUTO DEL TRABAJO, después de una amplia y organizada movilización nacional donde se recogieron más de un millón de firmas. El proyecto  presentado a la Cámara de Representantes  después fue arbitrariamente archivado; para sacar adelante esta importante iniciativa indiscutiblemente falto mayor fuerza en la acción de masas y se confió mucho en el lobby parlamentario.
Las jornadas realizadas en el resbaladizo gobierno de Samper,  especialmente por el magisterio y en general el sector estatal; la oposición y la movilización durante el periodo de Pastrana donde se puso a prueba el principio de la independencia, y  se participo activamente para tratar de sacar adelante los procesos de paz ( Agenda común – Convención nacional ) y en el cual se realizo el gran Paro de agosto de 1999 y se presentó, con alcances programáticos, el pliego de 41 puntos, son también  referencia sobre lo que ha sido y como se marco el actuar del movimiento sindical y popular. Frente al gobierno de Uribe, sí bien al principio la movilización y la acción fueron débiles, en la medida en que se consiguierón avances, como la derrota del Referendo, se fortaleció la acción popular.
En la lucha sectorial es necesario referenciar o mencionar algunas para continuar hacia un análisis profundo. El SECTOR AGRARIO se ha caracterizo no solo por grandes movilizaciones, sino también por los avances en la unidad con una excelente  perspectiva en la CONVERGENCIA CAMPESINA, NEGRA E INDÍGENA,  CNI,  y en el  Mandato Agrario. FECODE y la lucha contra la privatización, la eliminación de la educación pública estatal y el estatuto docente. La USO y su lucha por la soberanía nacional, la defensa de los recursos naturales y ECOPETROL como patrimonio público. SINDESENA  en prolongada lucha contra la privatización, las reestructuraciones y por el  mantenimiento pleno de la institución.
En esta etapa vivimos en el marco de la guerra sucia la brutal ofensiva que significo el exterminio de la UNION PATRIOTICA, partido político surgido en la década de las 80`s en medio de un proceso de diálogos para la paz y que jugó un gran papel como organización de izquierda, con una política alternativa y de cambios que prendió en el pueblo y por ello logro un importante desarrollo y una amplia representación parlamentaria y en las corporaciones públicas regionales, donde desempeño un importante papel en defensa de los intereses del pueblo, proyectando la posibilidad de cambios estructurales para conseguir una verdadera democracia, la paz, la unidad y la construcción de una nueva Colombia. El asesinato, la desaparición, el destierro de miles de sus militantes significo no solo la desaparición de una esperanza, sino igualmente uno de los mayores genocidios contra un partido político en la historia.
El Frente Social y político fue una importante propuesta materializada para tener una herramienta eficaz en el camino hacia la democratización de la vida nacional y fue significativo su papel, incluso cuando decide unirse, dentro de la coalición Alternativa Democrática, con el Polo Democrático Independiente, para darle vida al Polo Democrático Alternativo.
El movimiento popular  ha pasado por una etapa de grandes dificultades y ha tenido que resistir la ofensiva  del gran capital en diversas formas.
En ese duro camino de resistencias, en el cual se han destacado el movimiento obrero, diversos sectores como los estudiantes, que lograron la derrota de la ley 30 de educación superior y dejar planteada la lucha por una reforma educativa democrática; los indígenas por sus derechos y territorio; los corteros de caña, contra el engendro de las CTA y toda la política de tercerización y deslaboralización,  se ha ido forjando un proceso de unidad que tiene  obstáculos y debe superar la dispersión y las tendencias conciliadoras.
Vienen emergiendo diversas formas de lucha y organización como la Marcha Patriótica,  el Congreso de los Pueblos, el Comosocol, Colombianos y Colombianas por la Paz, los movimientos por los derechos de las víctimas y la plena vigencia de los derechos humanos y varios más, que deben ser tenidos en cuenta en el proceso de construcción de la unidad y la lucha por la profundización de la democracia con cambios estructurales.
Debemos  concentrarnos en primer lugar, en parar la  desbocada carrera de la derecha, que trata de aprovechar la situación y el debilitamiento de las organizaciones sociales y políticas de los trabajadores y el pueblo para con su proyecto reaccionario, anti popular y empobrecedor en lo social y de despojo de la soberanía nacional, preservar y aumentar sus  privilegios.
Pero simultáneamente, mediante la lucha y la unidad popular, priorizando el impulso a la movilización de masas en los espacios abiertos de la presencia popular,  se  llegó a la hora de trabajar por una alternativa auténticamente democrática y renovadora de la sociedad y del Estado.  Cuando hablamos de resistencia, oposición, organización como  elementos de la lucha popular, no nos referimos a  momentos distintos de la política y la acción.  Se trata, al mismo tiempo, de crear las bases de la alternativa en el proceso de la resistencia.  NO hay otro tiempo político.
          Esta perspectiva no puede ser la tarea exclusiva de un sector, organización o movimiento. Tampoco es la elaboración de un grupo de élite. Debe ser el resultado del acumulado de la experiencia de las luchas anteriores y de las actuales, de las corrientes sociales y de los destacamentos políticos que se enfrentan en la práctica a la agresión de la derecha en todas sus formas.
Gilberto Pareja García
Partido Comunista Colombiano
Regional Valle Del Cauca

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