martes, 21 de febrero de 2012

PDA Valle: lucha interna y perspectivas políticas

El Valle, una referencia de la vigencia del POLO

El Polo Democrático Alternativo es una compleja construcción política con diversas historias, visiones, posturas y hasta propósitos, en su interior. Así  ha quedado registrado en los diferentes acontecimientos políticos de nuestra vida en la sociedad colombiana, demostrando que pese al importante papel que ha jugado el Ideario de Unidad, es necesario profundizar en el análisis de la realidad del país y en las propuestas de sociedad que buscamos hoy. De allí, se pueden comprender las contradicciones que han surgido al interior del Partido, sus aciertos y equívocos, y sentirnos convocados a hacer síntesis de cada una de sus experiencias, buscando identificar los errores y enseñanzas con el firme propósito de lograr aprendizajes tempranos.


La composición del PDA en el Valle del Cauca merece capitulo aparte en el análisis interno de nuestra colectividad política. A la unidad entre los sectores de izquierda aglutinados en el PDI y Alternativa Democrática, en la región se le sumó la presencia de un tercer actor que no se sentía recogido en las dos organizaciones antes mencionadas y cuya representación se dio a conocer como “los amigos de Angelino”, en referencia a la anuencia del Gobernador del Departamento a dicha unidad. Sin pretender hacer la “historia sobre el período del Polo en el Valle”, es importante resaltar este hecho que abriría un ciclo dentro del partido, marcándolo fuertemente durante sus primeros años de vida.

La llegada al naciente Partido de militantes de múltiples expresiones políticas que en su momento apoyaban el ejercicio del entonces Gobernador –siendo parte activa muchos de ellos de la administración departamental–, vino a imprimir una de las características a resaltar en el análisis interno del Polo en el Valle que no sólo de la Capital del País como se creería a partir de los últimos acontecimientos tan promocionados por los medios de comunicación: la práctica dentro del Partido como fuente de fortalecimiento organizativo del clientelismo y la búsqueda a toda costa de pactos con el establecimiento en asuntos no menores para izquierda, como el abandono de la reivindicación del patrimonio público y del acompañamiento a las luchas sociales, que dio paso, en buena parte de su dirección, al apoyo de propuestas contrarias al Ideario del Polo, como la que expresaba el ex presidente Álvaro Uribe Vélez.

El acompañamiento a la administración regional por parte de estos sectores requería un objetivo mayor en su apuesta política: la neutralización de los sectores de izquierda al interior del PDA y la presentación y/o articulación del Partido en la causa “Angelinista”, lo que los llevó a buscar la dirección regional y la representatividad del Polo en los espacios de elección popular, logrando hacerse al control de las Direcciones del Partido, su curul en la Cámara de Representantes en el año 2006, 2 curules en la Asamblea Departamental y una en el Concejo de Cali en el 2008, además de promocionar el acompañamiento a Jorge Iván Ospina como candidato a la Alcaldía de Cali –pese a que el Polo tenía candidato propio escogido con observancia de sus estatutos–, desorientando la opinión pública, la militancia y sus simpatizantes.

Igual comportamiento tuvieron durante la Administración Ospina en Cali. Apoyo irrestricto para el burgomaestre brindaba este sector nuevamente a cambio de participación en la carga administrativa, que no sólo nunca condenó ninguna de sus erráticas acciones, sino que pretendían arrastrar al Polo hacia el unísono de la gestión neoliberal que se venía adelantando, señalando a quienes levantaran críticas como sectarios, retrogradas y con poca vocación de poder. Así, dieron su “visto bueno”, pretendiendo que fuera en nombre del Polo, a la escisión y privatización de EMCALI (vía “capitalización” de uno de los mayores patrimonios del suroccidente colombiano), como a su antiobrera y antisindical gestión; así a la pusilánime actitud frente a la liquidación de EMSIRVA; al aval incondicional a la política de valorización que hoy hace crisis en los bolsillos de los caleños; a las contrataciones leoninas como las del estadio, al cierre de la red pública hospitalaria y el favorecimiento al negocio de las EPS, entre otros hechos de esta administración que dieron cuenta día a día de su real carácter y alcance.

El “silencio estruendoso” de Franklin Legro en el parlamento y el no cumplimiento del ideario; la entrega de Orlando Riascos a la Unidad Nacional Santista; la aprobación de vigencias futuras del departamento en la pasada administración, por Ana Milena Ortiz y su acompañamiento irrestricto al exgobernador Abadía; la aprobación del proyecto de privatización de Emcali por parte de Fabio Arroyave y Fernando Giraldo en el Concejo de Cali, y la designación de Angelino como vicepresidente de Juan Manuel Santos, son algunas muestras del carácter entreguista de un sector que sólo ha causado daño al Polo y que calculadamente le ha pretendido maniatar desde los espacios institucionales de dirección, en lo que hemos denominado: ACEFALIA CALCULADA. Acefalía que impide deliberadamente, que el partido tenga vida propia, como era de esperarse. Lo cual trae como consecuencia la falta de garantías para las expresiones minoritarias en el partido y la desatención organizativa de los organismos y municipios al no convocar una sola reunión para tratar éstos y otros temas de gran importancia, reduciendo su accionar a la entrega de avales, no acompañando ni buscando articulación con las organizaciones sociales en sus movilizaciones.

Nuestros objetivos para defender la Vigencia del Polo.

Durante todo este tiempo, la contradicción ideológica y práctica al interior no se hizo esperar. Importantes sectores del Partido mantuvieron su posición y actuación política para recuperar el partido, al tiempo que intentaban ubicarlo ante la sociedad como una alternativa de cambio vigente y vital. Buscando tener voces de representatividad en los escenarios de elección popular, que mantuvieran una agenda de estrecha vinculación con el movimiento social y su manifestación de descontento ciudadano en la protesta social, la defensa del patrimonio publico y el cumplimiento del ideario y los estatutos del partido como muestra pública de la vigencia del Polo en la construcción de la propuesta alternativa para los intereses de nuestra sociedad.

Es así como desde el 2006 se plantea un nuevo escenario de disputa electoral que pugnó por nuevas curules que expresaran dicho contenido en el Congreso de la República, lo que se lograría 4 años después con decisiones tácticas acertadas para la vida y el momento del partido que llevaron a Alexander López al Senado y a Wilson Arias a la Cámara de Representantes. Estos logros fueron decisivos para la disputa por la orientación política de la colectividad hacia nuevos horizontes. Acompañando las luchas sociales en la ciudad y develando una y otra vez los intereses del Nuevo Gobierno en su profundización del modelo de acumulación, de la concentración del poder y la recentralización política como objetivo urgente, además de denunciar el carácter del gobierno de Ospina en la municipalidad, en favor del proyecto de la Oligarquía regional y del gran empresariado contra la ciudad y región.

Ya en las elecciones del pasado 30 de octubre, asistimos a una contienda particular. Una izquierda fortalecida y decidida a concretar la táctica elaborada durante los últimos años, se enfrentaba a un sector diezmado, descompuesto y dividido por la rapiña burocrática y las apuestas personalistas, qué ahora contaban con el respaldo de Petro. Sector que incluso llegó a acuerdos con la mafia y la oligarquía, respaldando las candidaturas de Useche y Guerrero respectivamente. En ese marco, con la antesala de la negación del aval para Arroyave por su comportamiento por fuera del ideario e intereses del partido, se logra recuperar la curul del Concejo en cabeza de la compañera Patricia Molina.
Los resultados del 30 de octubre y el nuevo momento del POLO.

Negar que los pasados resultados electorales del POLO fueron en términos generales negativos, sería una tozudez que poco aporta a la posibilidad de corregir para avanzar. Sin embargo, en el Valle hubo una resulta un poco diferente del resto del país, digna de examen y atención: sin pretender extrapolar la importante visibilización del partido en la región, particularmente en Cali cumplimos bien la tarea.

Si es cierta la máxima de que vamos a las elecciones no sólo a ganar sino a posicionar unas tesis en la sociedad, podemos decir que el POLO cumplió de sobra. Los más de 90 mil caleños que acompañaron nuestra propuesta para la Alcaldía, lo hicieron en el marco de una polarización entre la oligarquía y la mafia versus la izquierda democrática.

Debates medulares asumió el Partido y su candidata, y estuvo a la altura. Con propuestas de profundo corte democrático como la seguridad sin hambre, la propuesta deportiva para el municipio y la devolución de EMCALI como motor de desarrollo de Cali, fueron conquistando audiencia y por otro lado forzando una alianza del todos contra Urrutia y el Polo, con una profunda campaña de discriminación racial y el favorecimiento presidencial hacía Rodrigo Guerrero.

En este contexto, que no en otro,  tenemos que entender el respaldo de los caleños que acompañaron nuestra propuesta para la Alcaldía, en momentos en que arreciaba la dura campaña contra el Polo en el país, sumada a la que desataron las oligarquías caleñas. En ese sentido, debemos también dimensionar la importancia de la curul en el Concejo que alcanza el Partido. La llegada de Patricia Molina el Cabildo Municipal es un triunfo de los sectores populares, la defensa del patrimonio público y la izquierda democrática que fiel a su táctica, tantas veces cuestionada sin argumentos sólidos, se impuso al sector colaboracionista del Partido. De igual forma, es gratificante la obtención de significativas y múltiples escaños en las Juntas Administradoras Locales.

Así las cosas, el panorama no es oscuro como lo plantean algunos sectores, tampoco es fácil, pero consideramos que los resultados electorales de octubre, en lo que respecta al Valle y Cali es un triunfo para  la izquierda democrática y sus valores éticos. El Polo puede dar un parte de victoria su militancia con la recuperación de la curul en el Concejo de la capital vallecaucana, la tarea es hacer de ella, junto con las de Senado y Cámara, un instrumento de fortalecimiento de nuestro partido y un espacio de representación real y consiente de los intereses de los sectores sociales que aquí convergen.

Reactivar el Partido, darle carácter regional, ligarlo todos los días a la luchas sociales, dinamizarlo, dar vida al debate interno buscando garantizar las condiciones necesarias para que las minorías y mayorías se expresen, y posicionarlo de nuevo en la retina popular es la tarea que se sigue. Para ello debemos rubricar el carácter de oposición al gobierno de Santos y su “Unidad Nacional”, que acertadamente encarna el Polo, sumando ahora las tareas que en la región debemos adelantar para enfrentar el neoliberalismo expresado también en Useche y Guerrero. Continuar la tarea de alejar la colectividad de las intenciones colaboracionistas y entreguistas del Ospino-Angelinismo y el “Progresismo” que comportan unidos, son tareas principales del periodo.

El momento demanda toda la atención de la militancia POLO, su unidad en torno al proyecto común y todas las garantías para que al interior se aborden los debates políticos e ideológicos, la Conferencia y el Tercer Congreso deben ser la materialización de ese espíritu. Se advierte la intención de corregir para avanzar.


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